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El 3 de Junio de 1987 la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico acuerda solicitar de la Dirección General de Bellas Artes y Archivos, que visiten Ceuta unos técnicos del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales  para un estudio sobre el estado de conservación de Santa María de África. El 30 de junio 1987 se designa  al insigne restaurador D. Raimundo Cruz Solís, autor de grandes y difíciles restauraciones, que realice un primer estudio del estado de la Imagen. Realizado el informe, queda patente el mal estado. Se desplazan entonces a Ceuta altos funcionarios del Ministerio de Cultura.

El 30 de octubre de 1990 el paso decisivo fuera: se acuerda dar vía libre a la restauración de la Imagen en Madrid. El intempestivo 7 de marzo de 1991 la imagen de Sta. María de África se ausentaba de Ceuta para ser curada de sus muchos males. Más de cinco siglos sin estar alejada de esta ciudad desde q, hacia por 1419, la enviara el caballero portugués, Enrique el Navegante.

Una vez en Madrid, se deposita en el Instituto de Conservación y Restauración del Ministerio de Cultura, siendo el director de la restauración el profesor Raimundo Cruz Solís.

Tras largos procesos y minuciosos trabajos, se reponen maderas, policromías originales salen a relucir, se limpia todo su interior, se extraen las distintas grapas que contiene la imagen, así como alfileres y clavos.

Al manto se le suprimieron tres capas de falsa policromía hasta llegar a la primitiva.

A la túnica se le eliminaron unos adornos hechos con purpurina.

Al velo se le quitaron dos capas de repintes generalizados y unos añadidos de cera, rescatando su capa pictórica original.

Se levantaron dos capas de repintes extendidos en el paño de pureza del Señor.

Se acometió la labor  de levantamiento de repintes en el rostro y manos  de la Virgen, encontrándose con la agradable sorpresa que al suprimir estos repintes, apareció la policromía original completa.

Después de todo este proceso, se devolvió a la imagen su riqueza cromática sin quedar por ello desprovista de las veladuras, pátinas, y efectos de envejecimiento propios del paso del tiempo.

Por otra parte, se le inyectaron con jeringuillas  colas en las áreas que se habían producido algún embolsamiento.

La limpieza general de la imagen se llevó a cabo eliminando las zonas superficiales de suciedad y barnices oxidados que perturbaban  considerablemente la visión cromática del conjunto de la imagen.

En definitiva la imagen de Ntra. Sra. de África queda totalmente restaurada después de 8 meses de intensos trabajos a cargo de los señores restauradores del Instituto de Bienes Culturales, dirigido por D. Raimundo y su esposa Dña. Isabel Pozas.

La Virgen volvió a Ceuta el 13 de Diciembre de 1991.

Dicha restauración, provocó que la Imagen de África dejara de ser vestida y enjoyada y salir procesionalmente durante 4 años, tal y como decía el dossier de restauración, en su apartado de sugerencias para no alterar el estado de la madera y la policromía de la talla.

En 1996 hay constancia de otra intervención sobre la Virgen de África, motivada por la recuperación de su salida procesional.

Para ello se trasladaron a Ceuta los hermanos Cruz Solís,  Joaquín y Raimundo, e Isabel Poza, que iniciaron la restauración el 1 de julio de 1996 en unas dependencias del Santuario.

Los trabajos consistieron en la consolidación interior de la talla, para que la imagen salga con garantía en procesión.

Tras su limpieza interior de elementos metálicos, polvo y colas cristalizadas, se reforzó el interior de la base, para colocar el sistema de sujeción de la Virgen al paso.

A base de tableros dispuesto de forma transversal, colocados en el interior de la talla, y a diversas alturas, es como se llegó a consolidar la imagen.

Las palabras de los restauradores, al final del dossier del proceso de restauración, son contundentes, y a la vez, emocionantes:

“Gracias a Dios ha quedado perfectamente reforzada y dispuesta para salir en procesión.

Cuando dejamos Ceuta, nos vamos con cierta tristeza, añorado el lugar de trabajo, donde hemos permanecido durante 16 días junto a Virgen África.

Hemos sentido ese calor que desprenden estas imágenes de tanta devoción y significado.  Pero también, nos alejamos llenos de alegría por haber contribuido a que la imagen de la Nuestra Señora de África pueda salir de nuevo en procesión por las calles de la Ciudad.”

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