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Santuario de Santa María de África.
 
La primitiva Iglesia que constaba solamente de lo que es hoy la Sacristía y el Altar Mayor, fue construida por orden expresa del Infante de Portugal D. Enrique el Navegante, para que en ella tuvieran sus devociones y oyesen misa sus hombres de armas, que al mando de Johao Pereira quedaron de guarnición en la Plaza, al ser esta conquistada. Comenzando posiblemente su construcción después de la conquista de Ceuta por D. Juan I de Portugal en agosto de 1.415.
 

 
No consta en ninguna parte en que sitio recibía culto antes de ser enviada por D. Enrique, pero lo que no ofrece duda es, que donde estuviera tenía mucha devoción a juzgar por el mensaje. “ 0s envío una Imagen de la Virgen asaz devota mía”, añadiendo que en adelante la venerasen y nombrase con la advocación de Santa María de África, así como su nombre a su Santuario.
 
Su Santidad el Papa Eugenio IV, por Bula dada en 1.442, asignó esta Iglesia a la Orden de Cristo. El Infante era Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de Cristo, la cual llegaría a alcanzar gran relieve en la ciudad, elevándose a la categoría de parroquia siendo su primer párroco Fray Diego Atuz.
 
El edificio tiene una morfología barroca. Las primeras noticias sobre obras en el edificio se f echan en el último tercio del siglo XVII, concretamente en 1.676, cuando hay que habilitar el Santuario como sede del Cabildo Catedralicio ante el estado de ruina de la primitiva Iglesia Catedral, y el 1.697, cuando se reparan los desperfectos causados por el Sitio a que en ese momento era sometida la ciudad.
 
En los primeros años del siglo XVIII se inicia un ciclo de obras, que dura hasta mediados de dicha centuria, y que será el responsable en buena medida del aspecto actual del edificio.
 
Así el 9 de noviembre de 1.695, al tomar posesión de la Diócesis D. Vidal Marín , ve la difícil situación para concluir la Seo, determinando reformar la Iglesia de África, el cual renovó la capilla y colaterales de la Iglesia de Nuestra Señora de África, con bóvedas a prueba de bombas, hizo el panteón, puso nuevos retablos, reparó el techo y el cuerpo de la Iglesia con gruesos y espesos muros.
 
Pocos años después, el 14 de abril de 1.714 tomaba posesión D. Sancho de Velunza y Corcuera, bajo cuya dirección se mejoró el aspecto del templo antiguo y se emprendieron las obras de construcción del nuevo cuerpo de Iglesia- por auto de 25 de Marzo de 1.715, que proseguirían sus sucesores Lasso de la Vega y Crespo Agüero que fue quien las remató, construyendo las dos sacristías antiguas. Por cierto que fue en junio de 1.714, cuando se produjo la victoria destacada del Regimiento Fijo sobre el enemigo, siendo Gobernador D. Gonzalo Cachón y Orellana. Fue ésta agradecida a la Virgen antes de informar al General de la Plaza. Durante la época de D. Tomás de Agüero (1.721 – 1.726), continúa la actividad constructiva. El día 1 de Junio de 1.733, se empezó según los manuscritos de la época, la edificación del nuevo cuerpo de Iglesia de Santa María de África, y el 12 de Octubre de 1.739, por la tarde se ejecutó la función de poner las primeras piedras en el comienzo de las obras, bajo la dirección del arquitecto D. Juan Fernández. Al Santuario así reformado, el pueblo de Ceuta la llamó “ Iglesia Nuoba”.
 
A causa de las vicisitudes atravesadas por la población en estos años (asedio de los treinta años), peste de 1.743-44, y que incidieron negativamente en el Santuario, éste fue sometido a un profundo procesos de reformas durante el pontificado de D. Martín de Barcia (1.743-1.755). Obras que trajeron como resultado final la consagración definitiva del templo, decorándose con pinturas y colocándose el actual retablo mayor y las campanas. La lápida colocada en una de las capillas de los pies del templo nos da la fecha del 5 de agosto de 1.752 como la de su consagración.
 
Durante la primera mitad del siglo XVIII se realizó un amplio proceso de obras, que debió de darle a éste la fisonomía que presenta actualmente, al menos en su interior. El exterior, aunque participa de la estética dieciochesca, se adivina algo más transformado durante los siglos XIX y XX.
 

 
 
ARQUITECTURA:

 

Tiene una planta rectangular, con tres naves, más anchas y alta la central, divididas en cinco tramos, a la que se adosa cabecera tripartita, compuesta a su vez por la capilla mayor y dos colaterales, todas ellas rectangulares. A esta cabecera se adosan la sacristía y otras dependencias del templo.
 
Sobre el tramo de los pies de la nave central se sitúa, en alto el coro, ocupando el sotocoro el vestíbulo del templo, flanqueado a su vez por dos pequeñas capillas cuadradas. Los tramos de los pies de las naves laterales son ocupados por sendas capillas de planta rectangular y de poca elevación.
 
Como soportes y a la vez como elemento de compartimentación y separación de las naves se utilizan pilares de sección cuadrada apoyados en pedestales. Los muros conservan restos de pinturas murales cuyo motivo son cartelas rectangulares entre la que se intercalan temas florales.
 
El sistema de cubiertas del edificio consiste en bóveda de cañón. El presbiterio, de menor altura que la nave central, se cubre con bóveda de cañón. La capilla colateral del lado del Evangelio lo hace con bóveda de aristas, sistema también empleado en su compañera del lado de la Epístola, actual Capilla Sacramental.
 

Por encima del arco toral y en el frente que mira a la nave central se desarrolla una interesante composición decorativa formada, al parecer mediante yeserías, por una gran concha (debajo de la cual aparece una cabecita de querubín), rodeada de abundante hojarasca.

 
En los exteriores del edificio la nota predominante es la sobriedad decorativa y la severidad de líneas. En la zona de la cabecera encontramos el escueto volumen del presbiterio, a menor altura que el resto del templo, acompañado por la sacristía y demás dependencias al servicio del Santuario. En esta zona se alza la esbelta espadaña, compuesta de dos cuerpos.
 
En la parte baja de la Capilla Mayor existe una cripta con enterramientos de nobles y clérigos (siglo XVIII y XIX), entre los que existe el correspondiente a una hija de los Duques de Medinaceli.
 
En el interior de la Iglesia, sus elementos arquitectónicos muestran una estética barroca. El esplendor ornamental se encuentra su punto culminante en el retablo mayor.
 
El Templo de Santa María de África muestra una clara dualidad entre la severidad lineal exterior y la riqueza de elementos del interior; pinturas murales, retablos etc…,contraste nada extraño en el barroco andaluz del siglo XVIII.
 

 
 

CAPILLA MAYOR:

 
En ella encontramos el conjunto formado por el retablo mayor, obra de estilo barroco ejecutado en madera tallada y dorada. Fue costeado por el obispo D. Martín de Barcia, fechándose en torno a 1.752. Ocupa todo el frente del presbiterio, siendo de planta semicircular y cobijándose bajo un gran cascarón. Sus estructuras arquitectónicas se componen de banco, un cuerpo dividido en tres calles y ático.
 
En el primer cuerpo del retablo se articula en sentido vertical, con columnas salomónicas en su tercio inferior. En el centro se abre la hornacina de la Virgen de África con su camarín, comunicada con el presbiterio mediante un vano trilobulado. Las hornacinas de las calles laterales están abiertas en arco de medio punto. El ático lo ocupa una hornacina rematado por el escudo episcopal envuelto en trompetas.
 
El retablo aparece presidido, en su calle central, por la Imagen de Nuestra Señora de África. Dicha Imagen fue enviada a Ceuta en 1.421, por el Infante D. Enrique de Portugal según consta en un escrito firmado por el propio Infante.
 
También en el retablo mayor, en dos hornacinas, a la izquierda se ubica la escultura de San Agustín, ataviado con indumentaria episcopal y capelo cardenalicio llevando la mitra en su mano izquierda. En la parte lateral derecha aparece San Francisco de Sales, llevando un libro en su mano izquierda y pluma en la derecha. En el ático figura una imagen del apóstol San Pedro. En los muros del presbiterio se colocan sendos ángeles volantes fechados en el siglo XIX. El púlpito, en jaspe rosa tiene su origen en una antigua cantera ceutí.
 

 
 
NAVE DEL EVANGELIO:
 
En la capilla de la cabecera, junto a la puerta que conduce a la sacristía, encontramos un retablo de moderna ejecución, inspirado en modelos barrocos de la segunda mitad del siglo XVII, albergando las imágenes de la Venerable y Real Cofradía del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Soledad. En el banco figura el Cristo Yacente, obra de Gavira Alba en 1980 y en la hornacina del retablo la imagen de la Soledad, de sucesores de Castillo Lastrucci en 1982.
 
En otra pared de esta capilla existe un retablo neobarroco, decorado con columnas salomónicas y presidido por una Imagen moderna de la Virgen con el niño, inspirada en modelos bizantinos: Perpetuo Socorro.

 

En el primer tramo de la nave encontramos un retablo-relicario moderno, inspirados en modelos neoclásico y presidido por una imagen de Nuestra Señora del Pilar. En el segundo tramo, retablo moderno decorado con columnas salomónicas y presidido por La Inmaculada. En el cuarto tramo, retablo también moderno decorado con columnas corintias, inspirado en modelos del siglo XVIII, presidido por copia también moderna de la imagen de Nuestra Señora de la Luz, patrona de la localidad de Tarifa. A su lado, relieve moderno de la Virgen del Carmen con las ánimas del purgatorio.
 
En la capilla situada a los pies de la nave, ocupando el último tramo, grupo de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, Nuestra Señora del Amor y San Juan Evangelista. El Crucificado y San Juan son obras de los sucesores de Castillo Lastrucci, siendo la Virgen de la escuela sevillana. En el sotocoro encontramos retablo e imágenes modernas de Jesús Cautivo, San Judas Tadeo y la Virgen del Carmen.
 

 
 
NAVE DE LA EPÍSTOLA:
 
En su cabecera encontramos la Capilla del Sagrario con retablo de moderna factura ejecutado en Sevilla y de estilo neobarroco, presidido por el emblema eucarístico del Pelícano que se pica el pecho para alimentar a sus crías (símbolo de Cristo que derrama Sangre para redimir a la Humanidad).
 
El primer tramo de la nave lo ocupa un retablo moderno, en madera imitando mármoles y decorado con columnas corintias. Está presidido por una Imagen barroca de la Virgen del Carmen, procedente de la desaparecida Iglesia de San Juan de Dios. La imagen de esbelta proporciones, aparece de pie, portando al niño en su brazo izquierdo. Se fecha en la primera mitad del siglo XVIII. En la calle lateral derecha está la imagen de Santa Lucía. La Santa aparece de pie, portando en su mano izquierda una bandeja con sus ojos. En la derecha la palma del martirio. Los rasgos estilísticos de la imagen concuerdan con la fecha que figura en la inscripción de la peana “1.704”
 
En el segundo tramo, retablo neobarroco con el escudo de armas de Artillería, siguiendo modelos del siglo XVIII. Alberca una escultura moderna de Santa Bárbara.
 

En el tercer tramo lo ocupa un retablo neobarroco que alberga una interesante escultura de la Virgen Dolorosa, con la advocación “ del Calvario”, obra procedente de la antigua Capilla Castrense, ubicada en una dependencia del desaparecido Hospital Real, y ejecutada en madera estofada y policromada. María aparece genuflexa sobre un cojín, con las manos unidas al pecho en delicada actitud de dolor contenido, con la mirada dirigida al cielo. Los rasgos iconográficos inducen a fechar esta escultura mariana en el siglo XVIII, relacionándose con la producción de los talleres escultóricos de Andalucía Oriental, habiendo sido atribuida tanto a Pedro de Mena, como a Francisco Salcillo, estando quizás más en relación con la producción de Fernando Ortiz, discípulo del primero.

 
En el cuarto tramo encontramos un retablo moderno, que cobija una escultura de gran interés artístico: el Cristo de la Vera cruz. El rostro de Cristo muestra un fuerte patetismo de raigambre gótica, mientras que el cuerpo ofrece un tratamiento anatómico realista aunque algo rígido. Se le atribuye una cronología del primer tercio del siglo XVI. A caballo entre las postrimerías del Gótico y el inicio del Renacimiento.
 
En la Capilla situada en el último tramo, a los pies de la nave, imágenes de Jesús Nazareno, de Pineda Calderón, Nuestra Señora de la Esperanza, de Castillo Lastrucci, y una Verónica, que es la mujer hebrea del paso de la "Pollinica". Por último en el sotocoro, escultura moderna del Corazón de Jesús.
 

 
 
EL NUEVO CAMARÍN:
 
La reforma del Camarín de la Virgen de África, se llevó a cabo en el año 2010, entre los meses de marzo y diciembre, siendo Hermana Mayor Dª. Purificación Morales Suanes. 
 
El arquitecto del proyecto y Caballero de Santa María de África, D. Francisco José Pérez Buades, definió la actuación como el fin del proceso al que estuvo sometida la Imagen, que no es otro que la rehabilitación del entorno de la Virgen.
 

 
Pérez Buades, deseaba que la obra se caracterizara por su sencillez, austeridad, sobriedad y elegancia propios del tesoro celestial que se guardaría en ella.  
 
Seguridad, elegancia, historia y tradición. Estos conceptos fueron los que cimentaron las bases para el desarrollo del proyecto y que hoy podemos contemplar en el Santuario de Nuestra Señora de África. 
 
La seguridad del camarín y la protección de la bendita imagen no ofrecieron dificultades en principio: la elección de un material noble como el mármol, la eliminación de elementos incandescentes y un cerramiento automático ignífugo solucionaban el problema. 
 
La elegancia se cimentaba en la elección de los materiales: por una parte la nobleza del mármol, consecuente en textura con el utilizado en la zona del presbiterio y del color apropiado, recordando el fondo rojo acortando que durante tantos años ofreció el camarín. 
 

 
De otra parte, el azulejo que panela el ante-camarín, de fabricación portuguesa y elaboración artesanal, añadiendo a la obra un sello original a la vez que testimonia y perpetúa el recuerdo de la procedencia de la Sagrada Imagen. 
 
Los motivos tratados en los paneles de azulejos, se han diseñado para que todo aquel que los contemple, enlace la historia con la leyenda, lo terrenal y lo espiritual. La llegada histórica y contrastada de la Imagen a nuestras costas, mandada traer por D. Enrique “El Navegante” y encomendada a su Orden de los Caballeros de Cristo, origen de la Cofradía, enlaza con la leyenda de la Aparición, contada a través de los tiempos por nuestros mayores y que quiere convertirse en recuerdo permanente y transmisor para corroborar aquello de: “ Un pueblo sin leyendas, es un pueblo muerto”. 
 
La figura de la Virgen custodiada por Maceros pone de manifiesto su título terrenal de Alcaldesa Perpetua de la ciudad, mientras que la entrada al camarín, flanqueada por ángeles ceriferarios, proclama su carácter celestial. 
 

 
El interior del camarín se ha proyectado serio, austro y dotado únicamente de la elegancia de las formas arquitectónicas clásicas que lo conforman. Los motivos, labrados en mármol, son fiel copia de los que, en madera, adornaban el primitivo, manteniendo así vivo el recuerdo de lo que nuestros antepasados nos legaron. 
 
Sin duda la obra, acometida con la inestimable colaboración de la Ciudad Autónoma de Ceuta, era necesaria y encaminada a proteger el bien devociones más preciado que posee esta ciudad y que, desde su llegada, ha velado por sus habitantes preservándolos de todo mal. 
 
La inauguración del Camarín se llevó a cabo el día del Voto de la Ciudad, el 9 de Febrero de 2011, con la presencia del anterior Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos Atienza, y el Presidente de la Ciudad Autónoma, D. Juan Jesús Vivas Lara.
 
 

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Primitiva Cofradía de Caballeros, Damas y Corte de Infantes de Nuestra Señora de África Coronada. Patrona de Ceuta. España.